Una vez leí por algún papel lejano "Quién dijo que crecer es
facíl?" y no recuerdo dónde me encontró esa pregunta ni tampoco las veces que vino hasta mí en distintos soportes. A esa pregunta (vacía de certeza) la edificó bajo la
conceptualidad movediza del sentido común y la nombro en cada boca humana saboreadora de derrotas.
Por mi parte, me cansé de afirmar rotundamente que mis estados, y todo lo que en ellos entra que es algo tan absoluto como la misma noción de ser, eran justificados únicamente porque estaba creciendo y que esa, precisamente, no era una bastarda excusa sino un bendito proceso.
"A dónde irá a parar la rueda?" Y, por qué creer que la rueda va a parar? Por qué va a detenerse pudiendo seguir? Depende de que rueda y la finalidad que la accionó, y su finalidad que la parará o que la empujará mucho más allá.
Crecer dolorosamente y arriba de una rueda para terminar cabalgando sobre el mismo ser, para ser y que esa sea la finalidad... Le agregaría la lucha diaria por la paz y felicidad de todos, el entregarse a eso como a uno mismo... Un par de abrazos... Y el resto deja de existir, está presente en la suprema existencia universal.