jueves, 21 de enero de 2010

El mismo sueño

Otra vez el mismo kimono acostado arriba de esta misma piel. El gato tan maullante resbalándose en la seda. El arte grande adornando una casa chica... Una chica casa donde yo descansaba mi piel dentro de un kimono de seda lleno de flores de tantos colores y maravillas bordadas y un gran gato, algo blanco y algo negro, se me caía de los brazos porque no se llevaba muy bien con la tela de mi vestido japonés que me hacía cosquillas en la piel que absorvía arte por sus poros y la casa tan tan chica parecía brillante, de purpurinas de un millón de colores...